»¡Mi Dios es el Dios de Israel! ¡Mi Dios es un gran guerrero! Éxodo 15:3 (TLA

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domingo, 29 de mayo de 2011

SALMO # 10==LA INFALIBLE Y PODEROSA PALABRA DE DIOS ...


Salmos 10 (Reina-Valera 1960)


Salmos 10

Plegaria pidiendo la destrucción de los malvados
 1 ¿Por qué estás lejos, oh Jehová,
    Y te escondes en el tiempo de la tribulación?
   
 
2 Con arrogancia el malo persigue al pobre;
    Será atrapado en los artificios que ha ideado.

   
 
3 Porque el malo se jacta del deseo de su alma,
    Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová.

   
 
4 El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;
    No hay Dios en ninguno de sus pensamientos.

   
 
5 Sus caminos son torcidos en todo tiempo;
    Tus juicios los tiene muy lejos de su vista;
    A todos sus adversarios desprecia.

   
 
6 Dice en su corazón: No seré movido jamás;
    Nunca me alcanzará el infortunio.

   
 
7 Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude;
    Debajo de su lengua hay vejación y maldad.

   
 
8 Se sienta en acecho cerca de las aldeas;
    En escondrijos mata al inocente.
    Sus ojos están acechando al desvalido;

   
 
9 Acecha en oculto, como el león desde su cueva;
    Acecha para arrebatar al pobre;
    Arrebata al pobre trayéndolo a su red.

   
 
10 Se encoge, se agacha,
    Y caen en sus fuertes garras muchos desdichados.

   
 
11 Dice en su corazón: Dios ha olvidado;
    Ha encubierto su rostro; nunca lo verá.

   
 
12 Levántate, oh Jehová Dios, alza tu mano;
    No te olvides de los pobres.

   
 
13 ¿Por qué desprecia el malo a Dios?
    En su corazón ha dicho: Tú no lo inquirirás.

   
 
14 Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación, para dar la recompensa con tu mano;
    A ti se acoge el desvalido;
    Tú eres el amparo del huérfano.

   
 
15 Quebranta tú el brazo del inicuo,
    Y persigue la maldad del malo hasta que no halles ninguna.

   
 
16 Jehová es Rey eternamente y para siempre;
    De su tierra han perecido las naciones.

   
 
17 El deseo de los humildes oíste, oh Jehová;
    Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,

   
 
18 Para juzgar al huérfano y al oprimido,
    A fin de que no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.